sábado, 15 de septiembre de 2012

La Trampa

Acabo de ver el video del niño de Yakarta que con cuatro años ya lleva dos fumando y ha alcanzado un ritmo de dos paquetes diarios. https://www.youtube.com/watch?v=3MMAgj-VSF8

En un medio como este, es decir un pequeño blog temático dedicado al tabaco cabe reseñar el caso como una aberración que desde el punto de vista terapéutico propone algunas dificultades, y algunas clarísimas facilidades. A parte de la innegable, evidente, obvia necesidad de intervención inmediata. Pero fuera del ámbito del estudio del tabaquismo cualquier alusión me parece obscena.

Está mucho más que comprobado que la publicidad del tabaco, su carácter público y la presencia en los medios, (en especial en el cine y la televisión), fomentan el tabaquismo e incrementan la susceptibilidad de los sujetos de forma alarmante.

Cada vez menos se ven héroes que fuman, guapas y guapos que fuman, y triunfadores con cigarrillos en la boca en las películas, pero el telediario hace algo sin querer, que es dar promoción, aunque sea con una pretendida carga negativa a acontecimientos como el que nos ocupa. [ver efecto Werther en cualquier manual de psicología] Esa promoción repugnante,(*) ayuda a que desde hoy algunos padres justifiquen su idea de que darle unos cigarrillos a un jovenzuelo lo tranquiliza (me siento bárbaro y necio escribiendo esto, aún cuando lo pongo en mente de alguien equivocado), o incluso a chavales a sentir que si un niño puede ellos también. Si, ya sé que por miedo a lo que interprete la gente no se puede dejar de comunicar, porque no se diría nunca nada, es cierto no se debe dejar de comunicar, pero se puede hacer de otra manera, y se pueden elegir las noticias también.

De todas maneras lo alarmante debería ser que Yakarta permitiera que los niños fumen, sin embargo eso no me alarma, me indigna más que la televisión de todo el mundo se haga eco, con tan poco criterio.

Meses después de ver este caso apareció uno nuevo, esta vez de dos niños chinos, (qué buenas noticias nos vienen de oriente) que en un autobús se lo pasan pipa fumando, con una naturalidad que apabullaría a mujeres y hombres de cualquier edad en Europa, y que sin embargo no tiene consecuencias de ninguna clase. Sólo la indignación popular: ¡hay que ver, las cosas que pasan en China!

(*)aunque sé de buena tinta que los periodistas al menos en su mayoría no tienen intenciones abyectas al usar semejante contenido, no están exentos de responsabilidad, uno hace lo que hace, no lo que se imagina que hace, o lo que le gustaría hacer.

No voy a dar las instrucciones de como se debe proceder para deshabituar a un niño de dos años, porque no hay ninguna necesidad, pero si que hace falta y mucho, adiestrar a los padres sobre la manera correcta de educar a los hijos, de cumplir con las leyes y de como no dejarse manipular por los hijos.

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