viernes, 2 de abril de 2010

Fumar durante el embarazo y la lactancia

A pesar de que se escribe mucho sobre los riesgos del tabaco, la información que se ofrece sigue siendo poca y no siempre correcta. Hoy dedicaré mi atención a un mito, una creencia errónea, que en cualquier caso sería grave, pero en el de las embarazadas y madres lactantes es especialmente preocupante.
Se trata del siguiente postulado: "es preferible que te fumes unos pocos cigarrillos al día a que vivas con ansiedad por fumar" y a veces se apostilla con un “que los nervios se traspasan al bebé”

Es tan ridículo como decir: “es preferible que te roben la bicicleta y te den una paliza que sentir agujetas por haber aprendido a montar”

Consideraciones previas

Partiendo de que la ansiedad es mala, y que las consecuencias de fumar también son malas, tanto para adultos como para los bebés de madres fumadoras, lo primero es decir que en el supuesto de que una mujer fumadora se quede embarazada lo ideal es que no fume, y que no sienta ansiedad. No hay porqué elegir una de las dos, ya que afortunadamente la ansiedad se puede neutralizar, fácilmente, rápidamente, y sin necesidad de interferir en el sano y correcto desarrollo de la experiencia vital de la madre ni del desarrollo del bebé.

Desmontando la farsa

Qué es cada cosa.

La ansiedad derivada de dejar de fumar es un conjunto de síntomas físicos leves, que pueden ir acompañados de pensamientos obsesivos y de una cierta sensación de desesperación o angustia. Su vida media es de unos 5 días.

Los perjuicios por fumar los conocemos todos, pero ahí va una lista breve de los más destacados: se reduce la capacidad pulmonar, se obstruyen y ensucian los bronquios, se reduce el rendimiento físico, se pierden reflejos, el corazón sufre alteraciones rítmicas frecuentes que hacen que el riesgo de sufrir problemas cardíacos se multiplique, aumenta el riesgo de sufrir varios tipos de cáncer, aumenta el riesgo de sufrir infartos cerebrales, aumenta el riesgo de sufrir depresión, impotencia, astenia, sobrepeso y muerte súbita. Además fumar produce mal aliento, estropea la piel y la visión, debilita los huesos, reseca las mucosas y produce dolor de garganta, tos y afonía y multiplica los resfríos y catarros, ensucia las manos y el pelo y encima cuesta dinero. La vida media de estos síntomas, que sólo son una pequeña muestra, es muy variada pero los más graves, duran meses y hasta años después del último cigarrillo.

Como se ha visto la ansiedad dura poco, y es poca cosa, mientras que los síntomas derivados de fumar duran mucho tiempo y son muy serios.

Pero queda la postilla, “que los nervios se traspasan al bebé”. Es cierto que los bebés se alteran en función del estado de la madre, pero cuidadito, para que una situación de estrés afecte al desarrollo del bebé debería ser muy prolongada e intensa, condiciones que no se dan en el caso de la ansiedad derivada de la deshabituación tabáquica, ya que esta se presenta a lo largo de unos pocos días y en episodios puntuales que nunca exceden los 4 minutos de duración. La molestia de la ansiedad es prácticamente toda para la madre, mientras que los perjuicios son compartidos. Está claro que el interés del bebé no se tiene en cuenta cuando se dice que es mejor fumar que pasar ansiedad.

La culpa, declarada o secreta

La mujer embarazada que fuma sabe que está perjudicando la salud de su bebé además de la suya propia, y esa conciencia produce una culpa más o menos declarada y más o menos consciente pero que no es gratuita, que tiene su coste emocional, en algunos casos propiciando incluso la visita al psiquiatra con su correspondiente prescripción farmacológica. Esta culpabilidad nunca se tiene en cuenta a la hora de asegurar que “es mejor fumar un poco que estar ansiosa.

Juguemos a los médicos

Algunos médicos, en especial generalistas y ginecólogos, saben lo irritable que se puede llegar a poner una paciente que además de hormonalmente explosiva, está intentando dejar de fumar o reducir la cantidad de tabaco que fuma al día. Es mucho más fácil atender a una madre que “siente” que no hace nada malo por fumarse unos pocos cigarrillos y obtiene así su “dosis diaria de nicotina”. Pero cuidado, en ese momento se está atendiendo a la comodidad del médico, antes que a la salud de la paciente, y por supuesto mucho antes de la salud del bebé. Con el mayor de los respetos en esas prácticas los doctores están jugando y no ejerciendo. Cabe descargar su culpa, no es que no les importen sus pacientes y sus bebés, es que sencillamente no saben lo que dicen. (No les exculpa, pero al menos no se trata de una maldad consciente, sino de una maldad por omisión del aprendizaje debido)

Fumar no relaja

Desde luego que “vivir con ansiedad” es terrible, y desde luego nada deseable, pero el planteamiento está tan equivocado que parte dándole al tabaco el poder de eliminar la ansiedad, cosa que cualquiera que conozca la composición de los cigarrillos sabe que es positivamente imposible, por la presencia de la nicotina, que es un excitante, ni más ni menos.

Lo que puede hacer el tabaco, es distraer durante unos pocos minutos al día, y si, como resultado de una adicción prolongada en el tiempo, se le han acabado atribuyendo valores que no lo son propios, podría debido al efecto placebo neutralizar la sensación de angustia, pero esa capacidad no le pertenece al cigarrillo sino a la persona, y ella es quien puede dirigirla hacia dónde le convenga.

Creer que alguien va a tener menos ansiedad en su vida si fuma es una falacia de proporciones faraónicas.

El tabaco, y todas las sustancias que generan adicción, son, como mínimo de forma indirecta, agentes ansiógenos de primer nivel.

Otras fuentes de ansiedad

Quede claro pues que si en la vida de una persona fumadora, existen factores ansiógenos, del tipo que sean, sociales, personales, profesionales, ambientales, educacionales, familiares, etc. El tabaco no los modifica en nada, ni un poco. Una persona con deudas y problemas para educar a sus hijos no tendrá más dinero ni será mas asertivo por fumar, (y aunque lo más probable es que tampoco cambie mucho dejando de fumar, al menos tendrá más tiempo, más salud, más claridad mental y el dinero que antes gastaba en tabaco) pero la ansiedad seguirá ahí, mientras sigan los problemas.

Una conclusión

La verdad ya se escribió al principio es que lo mejor es no sentir ansiedad y a la vez no fumar, igual que lo deseable es que no te roben la bicicleta, no te den una paliza y no tengas agujetas. En general lo bueno es bueno y lo malo no, es tan sencillo como eso. Y cuál es la conclusión práctica para este caso: la mujer embarazada debe dejar de fumar con el método que mejor le parezca, los medicamentos para superar la adicción al tabaco están todos contraindicados en mayor o menor medida con el embarazo, razón por la cual desde aquí llamamos a la precaución, aunque para su correcta administración se debe seguir el consejo médico. Una vez iniciado el proceso de deshabituación (sea progresivo o inmediato) la paciente debe disponer de las herramientas básicas para neutralizar la ansiedad sin necesidad de medicarse, las mejores técnicas son la hipnosis, la relajación muscular por grupos, la respiración abdominal y algunos ejercicios de visualización y meditación.

Con el uso de la hipnosis la ansiedad se reduce desde el minuto cero, y en los episodios posteriores resulta tan sencillo neutralizarla que los ex fumadores que la han usado mencionan lo fácil y rápido que fue de superar.

La hipnosis y la relajación están especialmente indicadas para embarazadas, sean o no fumadoras por sus múltiples beneficios.

Existen técnicas especialmente diseñadas para las embarazadas como es el caso del plan de mejorsinfumar toda la información está en la web www.mimamanofuma.com

3 comentarios:

  1. Hola soy una mami que ha dejado de fumar a través de esta opción.

    Quiero hacer unos apuntes.

    A los 11 años empecé a fumar y si bien es cierto que como cualquier fumador apenas fumaba a la edad de 29 años ya fumaba más de 2 paquetes diarios y no lo dejé durante el embarazo ni durante la lactancia :(

    Como bien nos dicen, el sentimiento de culpa que yo tenía cada vez que encendía un cigarrillo era muy doloroso pero por desgracia no suficiente para poder dejarlo sólo con mi fuerza de voluntad.

    A mí mi médico sí me dijo que mejor fumar que tener ansiedad (eso sí me dijo que rebajar cantidad) cosa totalmente falsa por los motivos tan bien explicados anteriormente.

    Hasta el momento de ser madre nunca me habían importado las consecuencias que derivan de estar toda una vida fumando, siempre te justificas con "Pepito ha fumado toda la vida y no le pasó nada" y "Fulanito llevaba una vida muy sana y murió a los 40" pero...

    En el fondo cuando estaba en soledad conmigo misma, el sentimiento de culpa y el terror a que me pasara algo y perderme la vida de mi hijo no me dejaba ser feliz.

    Cada vez que encendía un cigarro,recuerdo!!! más de 40 en un día, ya ni los disfrutaba (si es que se puede decir que fumar te hace disfrutar)

    Tuve la suerte de poder contar con la ayuda de Germán y mis problema se acabó de raíz.

    Ahora soy una nueva persona, he ganado en todos los aspectos de mi vida pero sobre todo ya no vivo con la sombra de miedo a morir y perderme la vida de mi hijo, sí me pueden pasar mil cosas, pero YO NO FUMO y no ayudo a que me pueda pasar nada.

    Desde mi corazón y por siempre GRACIAS GERMÁN

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  2. Ahora si se quien eres, muchas gracias por tus bellas palabras, y enhorabuena por tu nueva libertad.
    salud.

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  3. No quiero fumar mas intento tener fuerza de voluntad pero solo me dura una semana

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