jueves, 5 de mayo de 2011

Lágrimas de cine - sobre la ansiedad y la hipnosis -

Todos creemos distinguir cuando algo es cierto y cuando no, vemos la realidad y la entendemos...
Es cierto que nuestra razón entiende, a veces incluso antes de que nos demos cuenta, como si la intuición le echara un cable. Pero no es menos cierto que ese entendimiento es sólo consciente y limitado, y también es cierto que incluso lo que sabemos, podemos dejarlo a un lado cada vez que nos de la gana. Y así lo hacemos muchas veces.

Sin embargo un principio básico de la hipnosis clásica dice que el cerebro no distingue realidad y ficción, y es cierto, en realidad es más exacto decir que nuestro subconsciente no distingue entre imaginación y vivencia. Esa incapacidad para distinguir es la que nos permite llorar en el cine, excitarnos sin que nadie nos toque, y casi saborear un plato antes incluso de comprar los ingredientes.

Todos hemos llorado en el cine, y todos sabemos desde mucho antes de ir a cualquiera de las sesiones de la película que sea, que lo que vamos a ver es una ficción, excluyamos el genero documental para no despertar suspicacias, y quedémonos en fantasías como Bambi, o la que se le ocurra al lector. Bambi es un ejemplo fabuloso porque es tan obvio que es de ficción que hasta son dibujos animados. Sin embargo uno se deja llevar, se identifica con los personajes, o los entiende por lo menos, no piensa constantemente en las sufridas manos de los cientos de dibujantes a sueldo del señor Disney, ni en que en realidad está en un cine con mucha gente y que allí no hay ningún ciervo, ni conejito "ni leches", sino que todo es una ficción, en absoluto, uno se lo va creyendo todo, hasta el olor de las frutas frescas que uno aunque no lo sienta, lo entiende.
Y desde luego la muerte de la mamá de Bambi, que ni se ve, pero ayyyyy!!!! a cuántos millones de niños no nos habrá dolido ese momento, ese sonido de los disparos, y muchísimos de nosotros, niños (aunque yo vi Bambi por primera vez a los 18 años) lloramos sin dudar que aquello que nos daba pena no era un cuento, sino un drama real y espantoso. La verdad es que da igual si la mente es de un niño o de un adulto y si está viendo, Bambi, Titanic, Qué bello es vivir! o La Jungla De Cristal, cada uno tiene su sensibilidad, y sus circunstancias, pero cuando algo nos emociona, o nos excita no tiene porqué ser real. Nadie duda sobre la integridad de Leonardo Di Caprio, sin embargo a su muerte en Titanic decenas de millones de mujercitas y hombrecitos de todo el planeta lagrimearon como el que más... ¿alguno de ellos desconocía los detalles del rodaje de la película, el curriculum de Leo, o hasta que punto se habían inventado escenarios y cosas de una y otra naturaleza mediante tecnología? por supuesto que no, pero lo dejaban a un lado, y se centraban en sentir. La Ansiedad a menudo genera un estado de abstracción de la realidad muy leve, en el que sin entrar necesariamente en delirios ni tratarse de algún tipo de conducta esquizoide, si que se nubla el juicio racional, y se evalúa la realidad en función de una sensibilidad propia y concreta de un momento, sin atender a lo que " de verdad se está viviendo ".
Cómo precisamente la ansiedad proviene muchas veces de asociaciones irracionales, mediante experiencias igualmente inconscientes, mediante el uso de la hipnosis, podemos modificar la percecpción de algunas partes o del todo ansiógeno y obtener así grandes éxitos.

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